Ayer, jueves 4 de Noviembre nos encontramos en la Biblioteca Regional Joaquín Leguina, Madrid en la IV Jornada de Animación a la Lectura organizada por la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil con temas tan suculentos como el libro como juego, libros divertidos para antes de leer o divertirse leyendo y un plantel exquisito de participantes.
Fue un placer compartir mesa para hablar sobre el humor en los libros, con especial foco en prelectores, con Noemí Mercadé (Ed Combel), Margarita Del Mazo (cuentacuentos y escritora), y Arianna Squilloni (Ed. Buen Paso) como chef de la ceremonia. El menú se articuló a partir de estos platos interrogantes:
¿Cómo se manifiesta el sentido del humor en vuestros proyectos?
Cuándo aparece el humor en el desarrollo de un proyecto, ¿lo buscáis o se presenta solo?
¿Cuáles son los límites del humor de cara a los primerísimos lectores?
¿Cuáles son los límites en el contexto social contemporáneo?
Muchos libros de referencia y una gran ristra de preguntas que quedaron revoloteando en torno a materias tan sustanciosas que nos dejaron con ganas de seguir debatiendo y profundizando en ellas más y más.
Aquí, un chaparrón de las mías:
¿Qué les interesa a los más pequeños? ¿Que les hace reír y disfrutar? ¿Qué puede despertar su curiosidad? ¿Valoramos a los prelectores como lectores? ¿Qué confianza tenemos los adultos en los niños? ¿Nos dirigimos a ellos como personas completas sin condescendencia? ¿Confiamos en sus gustos y en su mirada personal? ¿Son lo niños el eje fundamental de los libros que creamos para ellos? ¿Qué esperamos de un libro para prelectores? ¿Pensamos que los más pequeños copian sin filtros lo que ven reflejado en los libros? ¿Qué podemos y no podemos mostrar? ¿Cuáles son los puntos rojos en los libros de primera infancia? ¿Por qué los adultos analizamos especialmente los libros para los más pequeños con la lupa de detectar elementos potencialmente peligrosos? ¿Cuáles son los principales temas y objetivos que buscamos en los libros para los más pequeños? ¿Qué finalidad esperamos que tengan los libros que buscamos para ellos? ¿Hay una concepción general de lo que buscamos o pedimos como mediadores actualmente?
El humor nos ofrece llaves para abrir nuevos caminos, romper barreras, encender luces en los bosques oscuros como la boca de un lobo, acercarnos y empatizar con los demás, tratar de entender el mundo, hacernos preguntas y preguntarnos sobre quienes nos las responden categóricamente, construirnos cabañas protectoras, juguetear con el lenguaje y, sobre todo, quedarnos a gustísimo después de una sesión de carcajadas y disfrutar sin más explicaciones. ¿No nos toca relajarnos un poco y abrir más la boca para reír que para bostezar, o aún peor, para acabar cerrándola a cal y canto?
