Presentación de ¡Malacatú! para niños en El Dragón Lector el sábado 12 de mayo.

El Dragón Lector volvió a abrirnos sus puertas de par en par a ¡Malacatú! y a mí este pasado sábado 12... y a cerrarlas más tarde de lo que marca su horario. Volví a disfrutar muchísimo en la presentación para niños, y a reírme a mandíbula batiente. Leímos juntos, formulamos hechizos con más fuerza que nunca y hasta surgieron nuevas palabras mágicas poderosísimas que sólo me he atrevido después a susurrar bajito para no iniciar una cadena de transformaciones impredecibles. Nos contamos las cosas que más nos gustaban y las que menos y, mientras casi todos los niños reclamaban irse más tarde a dormir y alguno hasta no dormir nunca, los padres suspiraban por lo contrario, ¡más horas de sueño, por favooooor!
Confesamos en qué nos gustaría convertir a veces a nuestros padres y los padres a sus hijos y ahí las manos y las voces no pararon de levantarse ampliando la lista: ¡en lámpara!, ¡hacerlos desaparecer!, ¡en cerdo!, ¡en pelotilla!, ¡en gusano!..., ¡hasta en grano! Y vaya arte de imitación tuvieron todos, en mi vida había oído gruñidos de cerdos tan reales.
Después de ensayos vocales para mejorar los hechizos, no había palabra que se les resistiera, ni sipilitijo, ni sipilitable, ¡ni siquiera Flautista guarrista de Cochimbrín! Yo andaría con ojo porque cada vez hay más magos trabalengüísticos sueltos y cualquiera sabe en lo que son capaces de transformar a quien les haga fruncir el ceño.
Gracias por hacerme pasar una mañana de sábado mágica, con varias sorpresazas de recién nacidos y padres valientes. Ha sido genial recibir un montón de audios después vociferando ¡Malacatú!